miércoles, 11 de febrero de 2015

El pájaro fiel

Os pongo un texto que escribi en las Navidades de 1980.



Valencia 20 de diciembre de 1980

 
Hoy regreso a casa tarde, pero no para todos es la misma hora, para mi es la hora de terminar el día de dar ese adelanto a la muerte que es el sueño, para aquellos con que me he cruzado en la calle y le daban un ambiente festivo era la hora de seguir viviendo la noche, de exprimir hasta la última gota la vital alegría, han terminado un duro trimestre, unas semanas de estudiar sin parar, de no dormir para atender los libros. Pero eso ya se ha terminado, ahora se van cada uno con su familia a pasar las Navidades, pero antes hacen un paréntesis para disfrutar de la alegría, para gozar, para robar unas horas de sueño a la muerte, para vivirlas con los compañeros, con los amigos, con la novia, sencillamente vivir, dejar a un lado las preocupaciones y responsabilidades de cada día, liarse la manta a la cabeza y disfrutar en buena compañía de lo mejor de la vida. En resumen, vivir.
¿Qué son cuatro paredes en silencio donde la compañía se torna en soledad?, no es acaso una tumba, la morada de la muerte, una muerte donde sigue latiendo el corazón, una muerte viviente.
¿Que es tener todo seguro?. No tener ningún riesgo, no padecer ningún temor, ¿no es la muerte?, desde ella nada se teme, nada se arriesga, nada se tiene, nada se hace, ¿Qué es la muerte sino la nada?.
Qué juego más macabro el de la vida y la muerte, todos participamos y ambas se mezclan. Yo quiero vivir la vida, pero la vida me lleva a vivir la muerte, que gran condena la mía en que solo puedo elegir entre la muerte y la vida que me conduce a la muerte.
Quiero oír la música, quiero oler el vino, quiero escuchar las risas de la gente que vive la vida, quiero sentir el calor de la caricia, quiero envidiar a los vivos, quiero sentir celos de su vida, quiero morirme con la consciencia de que la vida es real, no un sueño. Gracias a esas personas que se han cruzado conmigo, me han enseñado que aunque yo viva la muerte, se puede vivir la vida.
O vida mía, amor mio, mi cariño por ti es demasiado fuerte para no escuchar tu llamada, eres lo único que me puede dar vida, me invitas a vivir estos días contigo, solo me queda morir junto a ti, fuera solo esta la nada.
Soy el pájaro que no puede salir de la jaula, mi amor me retiene dentro de ella, yo no escaparé de ella, pero no me pidas que el pájaro cante, sus trinos están ahogados por su corazón.

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